27 ago 2009

el libro capitulo 2

Capitulo II

El amanecer casi terminaba, las nubes bañadas por un calido color rojizo y mezcladas por tonos dorados era la imagen perfecta para cualquier artista, que al contemplarlo se embelezaria con tan sublime imagen, pero todo esto no era suficiente para lograr un gramo de emocion en el corazon de aquel espectador, quieto, que sin mover un solo dedo se habia quedado asi desde la media noche, contemplando la ciudad desde aquella torre en la azotea de un importante edificio, un sitio que permitia una magnifica vicion de toda la ciudad. El norte, bordeada por las montañas que en su cima resplandecia el reflejo del sol del nuevo dia, al oeste aquel fascinante y helado lago, el lugar preferido para los amantes, los cuales se hospedaban en los hoteles a la orilla del lago para disfrutar de lo que ellos llamaban amor, pero para el no era mas que un instinto humano disfrasado de la palabra amor. Aun quieto veia el centro de la ciudad que ya mostraba signos de vida, de aquella vida llena de deberes, excesos y frustacion, el trabajo, la escuela, la casa, el marido, los hijos, todos llenos de su cabeza de cosas triviales, de ideas erroneas de la vida y sin envargo queriendo vivirla de todas maneras posibles.

En sus ojos se podia leer un vacio, pero lejos de ser el tipico vacio de las heridas que puede dejar alguna persona o sueño, era el verdadero vacio de un alma que no conoce nada sobre compasión, aquel sentimiento que nos permite ponernos en el lugar del otro y poder experimentar un poco el dolor ajeno. Pero lejos de estar triste el sentia algo que podria llamarse emocion, el sabia que el dia prometido estaba cerca y que por fin dejaria esta tierra putrida y elevarse una vez mas.

-¿¡otra vez en este sitio!?- una nueva figura aparece detrás del observador, una figura masculina, el rostro finamente fallado con una situleza digna de cualquier casanova, unos cabellos ligeramente rizados caian sobre su frente y ojos azul claro terminaban de abornar a aquel sujeto. Su traje se sacudia violentamente a causa del viento fresco de la mañana.

-eso no te concierne, ademas si estas aquí es por que ya tenemos noticias de nuestro viejo amigo, ¿¿no es asi??

-pues algo hay de eso, la verdad es que solo pudimos encontrar su “trabajo”, como recordaras siempre le gustaba dejar su firma y es un habito que con el paso de los siglos no se le a quitado.

-¿Dónde paso?

-en esta misma ciudad- por primera vez en bastante tiempo los ojos grices del observador se despegaron del horizonte y se dirigieron incredulos hacia su acompañante, al comprender que su compañero no mentia una ligera sonrisa se dibujo en su rostro.

-no puedo creerlo, el maldito perro de Azrael se encuentra vagando en la ciudad que me a tocado observar, ¡esto en verdad se va a poner interesante¡

-pero recuerda que aun no podemos tocarlo, su hermano aun no ha dado esa orden, solo se nos pidio encontrarlo, ademas de que el ya tiene previsto como disuadirlo.

-sin duda sera divertido…

el motor del coche comenzaba a rugir y esto provocaba ligeras vibraciones en todo el coche, Julian esperaba impaciente atrás del volante a su amada. Habian acordado cambiarse periódicamente de residencia a razon de que les resultara mas difícil a “ellos” encontrarlos, y el susto de la mañana resulto ser buena escusa para ello. Ante la impaciencia prendio el radio y busco la estacion de radio que le gustaba, aquella que ponia muscia clasica, esperanzado en que pudiera escuchar la sinfonia que mas le agradaba. Las bocinas del coche comenzaron a vibrar al compas que tiempo atrás escribiera Bethoven, aquella hermosa melodía ayudo a relajarlo ante la espera de su amada.

Cerro los ojos dejando perder en cada nota, en cada sonido, en las sensaciones que ellas le producian cuando unos fuertes golpes en la ventana le sacaron de tan exquisito trance - ya estoy lista, vamonos- con el sobresalto tardo un poco en reaccionar y le abrio la puerta y una vez los dos en el coche se dispusieron a seguir el sendero que los llevaria hacia el conocimiento que se les prometia con aquel libro en sus manos.

Las personas, las casas, los arboles, las calles parecian viejas imágenes distorsionadas por el tiempo desde los ojos de ella, esto le hizo recordar el momento en que conocio a Julian. Ella no tenia una vida facil, cuando ella habia cumplido seis años su madre enfermo, su padre las abandono cuando el se entero de la situación de su espoza y tomando el camino facil huyo hacia una nueva vida que no le resultara tan difícil, ya que cargar con una mujer enferma y una niña pequeña era para el una carga que no estaba dispuesto a tomar.

Se lograban mantener del poco dinero que su madre podia obtener de limosnas y de vender dulces, siempre se colocaban en la esquina de la calle esperanza, un poco ironico para lo que tiempo después pasaria. En esa esquina se encontraba una librería, una de las mejores librerias del pais, del otro lado de la acera se encontraba una cafeteria muy frecuentada, gracias a esos dos negocios pasaban multitudes de personas que algunas veces ignoraban a la señora y a su hija, otras tantas veces compraban algo y pocas veces les regalaban algo de dinero o comida.

Asi pasaron cuatro años en los que aquella niña paso de ser una carga a ayudar a su madre vendiendo los mismos dulces que su madre en la misma esquina, ya que su madre habia empeorado, ya no podia ponerse en pie y cada vez se agotaba mas y mas rapido. Un dia por la tarde la niña corria velozmente con una sonrisa en su rostro ya que habia logrado vender todos los dulces ese dia y tenia por fin el dinero suficiente para comprarle las medicinas a su madre, en medio del camino el cielo se nublo repentinamente como si de un mal presagio se tratase. La niña seguia corriendo cuando noto las pequeñas gotas de lluvia que comenzaban a presipitarse, corrio lo mas rapido que pudo y al llegar al sitio donde se encontraba su madre grito diciendo que le traia sus medicamentos que ya no se preocupara, pero solo el sonido de las goteras fueron su respuesta, nadie contestaba, un nudo se formo en su garganta y tomando fuerzas de cualquier situio volvio a preguntar -¡¿mama?! – pero nuevamente el silencio fue su respuesta. Se acerco lentamente a la habitación de mu madre, cada paso le parecia doloroso, cada respiración heria su pequeño pecho, una lagrima recorrio su mejilla y nuevamente tomando valor pregunto - ¿estas bien mama? Te… e traido tus.. medicinas –pero el silencio era imperturbable, ni una respuesta.

El pomo de la puerta era frio, la mano titubio un poco al sentir la frialdad pero ella tenia que saber por que su madre no contestaba. Ahí estaba ella enfrente de la puerta con la esperanza de ver una sonrisa de su madre, la puerta sucia, inmóvil se interponia a las dos y del otro lado lo desconocido, la penumbra. La respiración se hacia cada vez mas rapida, las piernas comenzaron a temblar y un sudor frio le inundo el cuerpo. Por fin obtuvo el valor suficiente y entro en la habitación, oscura, fria, inmutable, solo el susurro del viento parecia vivo - ¿¿mama?? – el pecho le dolio como nunca antes y de un solo impulso saltro sobre la cama donde llacia su madre muerta.

Los faros de la ciudad comenzaban a encenderse, ya habia anochecido y la ciudad completa estaba sumergida en la humedad dejaba por la lluvia, la gente comenzaba a guardar sus paraguas y dejaban de resguardarse y poco a poco comensaba a recobrar el andar diaria, solo una figura permanecia inmóvil, era una niña, una niña que en esa tarde lluviosa habia perdido todo lo que tenia en este mundo, toda su inocencia se fue con el suspiro de vida de su madre. Llacia en la misma esquina de siempre tratando de encontrar con sus ojos llenos de lagrimas el significado de aquella palabra escrita en el letrero… esperanza.

para ver el primer capitulo ver esta entrada capitulo 1

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